miércoles, 31 de marzo de 2010

miércoles, 24 de marzo de 2010

Terremoto

Ya han pasado más de 3 semanas del terremoto del 27F, que aparte de hacer desaparecer varias caletas y ciudades costeras, remeció in extremis las prioridades y hábitos de todos quienes lo vivimos los 8,8 in situ. Se fueron a los favoritos de nuestro navegador paginas extranjeras (NOAA, USGS) que con tecnología de punta y un aprendizaje real de catástrofes más recurrentes que nosotros (tornados, huracanes y la falla de San Andrés) pueden en 15 minutos de ocurrido un evento alertarnos desde la cresta de la loma que el sismo fue grado 8,8 y que se viene un tsunami. Acá hicimos el soberano ridículo que, siendo honestos, cada cagada o catástrofe, sale a la luz y nos caracteriza, dada nuestra nula preparación consecuencia de fragilidad de memoria que nos caracteriza (veamos como en 5 años nadie cuestionara vivir en torres de más de 10 pisos en ConC)
Esta primera experiencia terremotista me encontró caminando por Avenida Los Aromos , de vuelta a mi casa , tras comprar cigarros en el Pronto Copec de Michimalonco con Los Canelos, en plena Villa San Pedro. De cómo una situación tan ridícula me referiré otro día. Quien se ubique en la Villa (así le decimos los sampedrinos a la Villa San Pedro) sabrá y calculará la distancia entre el Pronto Copec y San Pedro del Valle. Para colmo mi condominio es el último hacia el sur. Dada la hora, caminaba por el medio de la calzada derecha. No recuerdo si había alcanzado a abrir la cajetilla para prender un pucho. Pasado los estanques de gas, escucho un pencazo que imaginé, en ese milisegundo en que uno cree que no es la tierra quien brama, un camión tolva botando toda su carga de escombros de una vez. Cuando empieza el bamboleo infernal (sin tener experiencia ni registro, podría asegurar que los 8,8 ocurrieron a los 2 segundos que se inició el sismo) miro el horizonte de la calle: las lozas del pavimento queriendo reventarse, cortos circuitos en las luminarias por el vaivén de los postes, se corta la luz, suenan las alarmas de autos y las casas…pasa un Yaris.. yo en medio de la calle, entre los postes y cables del alumbrado público a mi derecha y las torres de alta tensión que cruzan todo el bandejón central de calle los Aromos por la izquierda. Entonces bajo mi centro de gravedad para que el movimiento no me bote (doblo las rodillas y bajo el poto, pal que no entienda). Como veo que no baja la intensidad, esa cabeza que está a full pensando tratando de ordenar la cantidad de cosas que debería o no hacer en este momento que uno nunca pensó que llegaría como un terremoto histórico justo donde estaba pisando. Como cresta actuar...como priorizo, ….pienso en mi hija Matilda, de 5 años, sola en la casa con mi suegra, las dos durmiendo en el segundo piso de la casa; pienso en la Paola si ya había llegado del asado en casa de la Chica Geno y logró tranquilizar a la Matilda y a su mamá o venia en el puente..Ojala aun esté en la casa de la Geno, pienso cuando imagino ese escenario. Me largo a correr por Los Aromos..la luz de la luna permite una buena visibilidad dada la situación. Me detengo 50 metros más allá frente al acceso de las ex oficinas de ESSBIO. Adelanto al Yaris que está detenido, pareciera igual de perdido que yo sobre que cresta hacer. El sismo no para ni baja de intensidad. Le hago un gesto como para que de un aventón y me acerque a mi casa. La niña que va de copiloto me da a entender entre gestos que no se moverán de ahí. Ahí escurro que estoy a una cuadra de la casa mis padres. Atravieso corriendo el bandejón central, la calzada sur de Los Aromos sin siquiera medir eventuales riesgos de los cables de alta tensión, del alumbrado publico de la vereda sur y todas las luminarias y cables de calle Pedro Esteban. Llego donde mis padres…Golpeo y Golpeo “Papá…Mamá…!!!” insisto e insisto y nada. Weonamente toqué el timbre sin recordar el corte de luz…me llama la atención que no veo a absolutamente NADIE en el pasaje de mis viejos. Sigue la demora de mis viejos hasta que logro ver que se abre la puerta..mi padre en bata..mi vieja detrás de el… “Todo bien..??!!" le balbuceo mientras el suelo parece una jalea .. “Si...” indican ambos , y me aclaran que la demora era justamente porque el movimiento les impedía bajar la escalera, cosa que pensando ahora agradecí ,dado el riesgo de caída por la falta de baranda desde el descanso en mitad de escala hasta el primer piso. Trato de compartir experiencia del terremoto del 60 con mi viejo, y me señala que este fue muy superior. Salen los vecinos… Controladamente le pido el vehículo a Alejandro para ir a verificar estado de los míos. Me indica que no puede pues subirá al cerro con su familia. El entrar a explicar la imposibilidad de que el mar llegue hasta ese punto en caso de tsunami generaría una discusión innecesaria. Verifico el estado de mis viejos… “Bien..tranquilos, no se les ocurra arrancar a ninguna parte y quédense aquí, como mucho suban al segundo piso. Yo voy a la casa”, les dejo como frase final a los viejos Rumbo a la casa, cruzo el cuartel de la segunda compañía de bomberos “Alguna alerta de tsunami..???” les pregunto “Nada hasta ahora” me dice uno como mostrando la radio que si funcionaba. Corriendo y caminando por Los Acacios en forma intermitente, entre varias pozas generadas por las roturas de matrices de agua potable, y en el sentido contrario de una cantidad impresionante de autos que corrían despavoridos hacia los cerros de Andalué y la Villa, cumpliendo por momentos labores de Carabinero, desviando a aquellos que circulaban a toda velocidad por la izquierda, y respondiendo las consulta recurrente dado que era el único peatón y que iba en sentido contrario a todos … “Hasta ahora no hay alerta de tsunami….” Logro finalmente llegar a mi condominio tras cruzar varias casas y tres condominios sin portón de acceso pues, entre la locura y la falta de luz, no hubo tiempo de encontrar la llave de desbloqueo de los sistemas de puertas electrónicas. Varios vecinos en la puerta, y el conserje que me señala “Su señora está muy mal y preocupada….” Pablo, mi vecino, es el primero con quien me estrecho en un fuerte abrazo y el beso cotidiano de saludo Weón.. Donde chucha estabai..Pensamos que te había pasado algo. Nada Compadre. Las ganas de fumar me llevaron hasta el Pronto a comprar. ¿Alguna noticia de la Caro? Le pregunto. Líneas colapsadas y teléfonos muertos me indica. Carolina, mi vecina Enfermera de la UCI del Hospital Higueras, estaba de turno esa noche. Llega la Pao… angustiada y llorosa. Misma frase “Estaba muy asustada pensando que te había pasado algo...” mientras nos abrazamos Trato de transmitir tranquilidad y frialdad, cuestión que no me resulta difícil: fue un enorme alivio el saber que ella estaba en la casa al momento del terremoto “La Matilda..??? Tu mamá” le pregunto Todos bien..en el auto Voy a ver a mi hija al auto…excitada me comenta que hubo un fuerte temblor, y que la mamá la saco a ella y a la Nani, y que están con Vicente Tomas, el amiguito vecino de 1 año, hijo de Pablo y la Caro Pablo se empieza a angustiar por la Caro. Me pide que lo acompañe a buscarla. Con la cagada que vislumbré de congestión, la intensidad del sismo y la hora, le sugerí que lo mejor era esperar reportes de radio. Por fortuna, aproximadamente a las 3:55-4:00 AM, Bio-Bío al aire. Comentarios de los periodistas. Comentan el sismo, explican que están al aire con un generador, que están todas las comunicaciones cortadas y no han tenido información oficial del sismo-terremoto. Habla el intendente y descarta el Tsunami, habla la alcaldesa y ya se comenta el derrumbe de un edificio habitación en Avenida Padre Hurtado y otro que esta apunto de oficinas en O’Higgins. Me acuerdo del Pato Pérez, mi compañero de labores y algunos carretes, que vivía en uno. “el edificio que se cayó no es el que está habitado” señala la alcaldesa con seguridad y firmeza, para mi calma momentánea. Habla luego el director de SERVIU, Jaime Arévalo, mi Jefe, que a la 1:00 de la mañana de esa madrugada me había ido a dejar a la casa. No se habla de otros grandes edificios colapsados, si que hubo mucho derrumbe de edificaciones viejas y, lo relevante, el puente Llacolen está cortado a la salida de Conce, pues se cayeron unas losas y algunos vehículos se quemaron sin desgracias humanas que lamentar, el puente Juan Pablo II cerrado por seguridad pues se asentaron varias losas, y que puente viejo simplemente se cayó.
Relajan a Pablo al decir que los hospitales soportaron todos bien el sismo, si bien están con problemas de electricidad. En la mañana tratamos de ir a buscarla en auto y resulta imposible dada la congestión en el puente por la intermitencia en el paso de vehículos. Optamos por volvernos y va solo en la Moto de Claudio, el vecino dueño del SYRAH, lugar donde estuve esa noche hasta la 1 de la mañana. Aun no hay teléfonos ni nada. Recojo el llamado que el Director hace en la radio de quienes pueda acudir al edificio lo hagan para ver como operara SERVIU en esta catástrofe, y ya con luz día enfilo en Bicicleta al Centro. Al cruzar el puente, y ver el edificio de Paz Froimovich en pie aún, me doy cuenta con pavor que la alcaldesa se había equivocado: el edificio que se había caído si era el que estaba habitado, siendo uno de esos propietarios el Pato. Llego al punto que los medios denominaron “Zona Cero”: el edificio Alto Río. La imagen feroz. Como un edificio colapsó de esa manera resulta inexplicable. Por fortuna no se derrumbo piso sobre piso hacia abajo pues, en ese caso, las pérdidas humanas hubieran sido mayores (hay hasta ahora 8 fallecidos). Trato de requerir a los Bomberos datos de víctimashemos sacado 2 cadáveres”. No tienen nombres. Le pregunto a una periodista si tiene datos. “Nada” me dice. Si que han salido varios por la suya y otros ayudados por bomberos. “espero el Pato sea uno de ellos” pienso. Me voy a la oficina, en pleno centro de Concepción…. Ni el mejor relator podría transmitir lo que se ve. Aquellos lugares derrumbados, imágenes 
 increíbles que se transmitían por los noticieros al resto del país y al exterior, meras representaciones de la catástrofe para ellos, con el agregado que cada escombro en el suelo es un pedazo de historia derrumbado para los penquistas. La Casa Nostra, con su menú pobre, intentos de tragos rebuscados y alardes de comida mediterránea, siempre resumido en un tradicional Happy Hour post oficina con Pisco Sour, pan francés con mantequilla o maní, alguna banda de Jazz y la Claudia Arriagada con su bellísima y potente voz. Todo ese ícono quedo reducido a escombros sobre la farmacia que estaba en el piso inferior. El ex Cariño Malo, la primera apuesta del Negro Estrada para darle vida a esta supuesta artística y bohemia ciudad, en Barros al llegar a Serrano, sucumbió junto a la edificación de F & K y las salas del IP Barros Arana. El local de impresión de afiches frente a nuestra terraza también en el suelo; el Versluys original, antes del petit mall de San Pedro, pareciera destinado a ser hoy la ampliación de la playa de estacionamiento instalada al lado. La imposibilidad de ocupar nuestras dependencias de calle Rengo nos obliga a reunirnos el lunes con todo el equipo para iniciar la reconstrucción de la oficina, el trabajo, la ciudad y región. Ese día me enteré que Patito había salido bien del edificio, me percaté que la zona cero no era el Edificio Alto Río sino Talcahuano, que nuestras viviendas sociales en Dichato resistieron el terremoto pero fueron castigadas por el Tsunami, y supe que no podía flaquear, que debía poner mis ánimos, energías, hombros, alma y corazón en levantar y reconstruir, desde una posición privilegiada y agradecida de ser hijo, padre, pareja, hermano, tío, cuñado, amigo, vecino, yerno y funcionario SERVIU, todo lo que la sabia, jodida, misteriosa y sorprendente Pachamama, en su lenguaje, quiso llevarse.